Fallece Rafael Benítez I Rafael Benítez camino Neocatecumenal

Rafael Benítez camino Neocatecumenal

El viernes 10 de mayo, la comunidad del Camino Neocatecumenal y más allá lamentó la pérdida de Rafael Benítez, un hombre cuyo legado trasciende no solo por su compromiso religioso, sino también por su vida familiar excepcional. A los 69 años, Rafael dejó este mundo en su hogar en Málaga, donde durante décadas ha servido como líder del Camino Neocatecumenal en las diócesis de Málaga, Granada y Guadix.

Desde su llegada a la Diócesis de Málaga hace 40 años junto a su esposa, Paloma Campos, Rafael ha desempeñado un papel fundamental como catequista en esta importante iniciativa de formación cristiana, profundamente arraigada en el sur de España y en todo el país.

Pero, ¿quién era Rafael Benítez? Más allá de su rol en la comunidad religiosa, Rafael era conocido por su impresionante familia. Padre de 19 hijos y abuelo de casi un centenar de nietos, su hogar era un reflejo de su profundo compromiso con los valores familiares y religiosos que sostenían su vida.

"No pensábamos tener más de 3 o 4 hijos cuando nos casamos", recordaba el matrimonio en una entrevista años atrás. Sin embargo, su historia familiar tomó un rumbo inesperado y profundamente significativo. La fe y el encuentro con el Camino Neocatecumenal transformaron su matrimonio y su visión de la vida.

El testimonio de Rafael y Paloma es conmovedor. Superando dificultades y desafíos, encontraron en su fe el camino hacia la reconciliación y la renovación de su matrimonio. Para ellos, el matrimonio no era simplemente una cuestión de cifras o comodidades, sino una entrega mutua que encontraba su máxima expresión en la donación de sí mismos y la acogida de cada hijo como un regalo de Dios.

"Yo, como madre, tengo el privilegio de ser colaboradora de Dios, ¡sin mí, no puede crear! ¿Anticonceptivos? O te entregas o no te entregas. Utilizar anticonceptivos es mentir con tu cuerpo. Así he llegado, con la gracia de Dios, a los 16 hijos... de momento", expresaba Paloma. Su vida estaba marcada por el trabajo arduo y las renuncias, pero también por una profunda felicidad y realización en su misión de criar y educar a sus hijos.

La organización diaria de esta extensa familia era todo un desafío logístico, pero Rafael y Paloma lo enfrentaban con humor y gratitud. "Cada año se compran entre 30 y 36 pares de zapatos aproximadamente (...). Cuando la tropa desaparece escaleras abajo, se hace un breve silencio que dura muy poco. Enseguida sobreviene el rumor de los electrodomésticos. Dos de ellos están en continuo movimiento: el lavavajillas y la lavadora. Los programas que hace el primero son innumerables; la lavadora funciona tres veces al día, como mínimo", describía Rafael.

El legado de Rafael Benítez trasciende las fronteras familiares para dejar una huella profunda en la comunidad del Camino Neocatecumenal y en aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. Su vida ejemplar y su testimonio de fe y amor familiar seguirán siendo una inspiración para muchos en los años venideros. Que descanse en paz.